Hace mas de un año leí esta historia que hablaba de dos bomberos que entran a un bosque a apagar un incendio pequeño, al salir del bosque llegan a la orilla de un riachuelo uno con el rostro inmaculadamente limpio el otro con el rostro cubierto de cenizas, de allí surge una pregunta: ¿cual de los dos ira corriendo a lavarse el rostro?
Creí que la respuesta lógica seria que el que tenia el rostro cubierto de cenizas, pues que les parece me equivoque el que saldría corriendo seria el que tenia el rostro limpio, ya que al ver al otro pensara que estaba en las mismas condiciones y viceversa.
En ese momento hice esta reflexión:
"Hoy entendí el porque en muchas relaciones que terminan siempre hay alguno de los involucrados, que no entiende porque para él todo esta en perfectas condiciones.
Uno suele verse en la otra persona amorosa y entregando todo para que la relación fluya y crezca. Esa otra persona solo ve en nosotros toda la ceniza que llevamos en el rostro, hasta que se opaca su propio brillo y se marcha de nuestro lado. Si esa otra persona nos importa debemos hacer muchas cosa para recuperarla la primera es pararse frente al espejo para ver cuan sucia esta nuestra faz, ahora ya estamos listos para ir y lavarnos en ese riachuelo, solo en ese entonces podremos recuperar lo perdido.
No hay nada más cierto como que para amar hay que amarse."
Hoy a más de un año de eso me encuentro explicando a una persona el porque lo nuestro fallo, explicándole que a pesar de que trate mis fuerzas y ganas no fue suficiente. Tal vez mi reacción de ahora fue lenta, debí hacer esto antes de que las cosas empeoraran. Porque me limite a después de la tormenta poner mi mejor cara y seguir.
Para ver las realidades siempre necesitamos vernos nosotros mismo antes de ver a los demás, reconocer que no solo basta con lavarse el rostro…
P@scu@
P@scu@
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